"En Diaverum encontré un equipo en el que las personas saludan a cada paciente por su nombre, conocen su historial y su pronóstico, te explican todo lo que necesitas saber y se aseguran de que lo has entendido, te preguntan a ti cómo estás además de mirar los análisis y te animan a hacer las cosas bien y a seguir. Son personas con las que a veces he llorado y con las que otras veces, muchas más, he hablado y reído. Personas que, por iniciativa propia, sacan horas y ganas de donde sea y en Navidad te regalan esto porque les sale del corazón. Como para ir a recursos humanos y preguntar qué perfil utilizan para hacer esta selección. Creo que, en general, la atención que he recibido en Diaverum va más allá del aspecto puramente físico. Además yo, que creo en un enfoque integral de la salud, aprecio mucho que en el centro compartan esta misma filosofía y se preocupen por dar el servicio de otros profesionales. Tener trabajo social supone reconocer el impacto de la enfermedad sobre la vida más allá de su impacto físico, a escala material y relacional. Tener nutrición supone reconocer que el problema de la dieta no se resuelve solo con información, sino que para el paciente es un proceso que consiste en integrar un profundísimo cambio de hábitos diarios. En cuanto a la psicología, para mí ha supuesto, sobre todo, la oportunidad de actuar, más que como paciente renal, como ser humano, con una enfermedad, sí, pero también con una vida. "